Entre tres




Jamás he viajado a la Luna, ni a Marte;
ni siquiera he anhelado salir de la Tierra.
Todo se acaba.
En mi tumba se leerá que fui un vaso de vidrio,
y que morí lleno de vida.
Todo se esfuma.
Hace dos días tuve un sueño y no lo recuerdo.
Debo ser infinito.
En un papel dibujé un cuerpo marchito,
pero se quemó con el viento de invierno.
Tengo dos nombres.
Todo vuela.
Por no pecar amarré mis manos,
y el sol se apagó sin el combustible que lo alimentaba.
Vi cosas eternas por un segundo,
o acaso haya sido una vida.
Todo se marcha.
No seré astronauta, ni he viajado sobre rosas de seda.
Hay días de colores, y tiñen las sonrisas de arcoiris.
No tengo paz ya.
Todo es lloro.
Cuando camino brotan espinas del suelo,
y yo soy fuego que consume.
Quise ser lluvia y caí muchas veces, pero jamás mojé nada.
Todo es etéreo.
La bondad no existe en la guerra,
y las batallas se ganan con globos.
Hoy vi un montón de ciegos con armas, y apuntaban hacia el suelo.
La vida sangra con desesperación.
Todo es granada.
Los ruidos me despiertan en la madrugada.
Todo es lava.
No sueño con encontrar lo que he perdido,
ni con recuperar lo que se fue.
Todo es olvido.
Un día platiqué con un mendigo, y tenía oro en la mirada.
Todo es negro.
Espero a solas para hablar conmigo;
soy tímido y no confío en mí.
Todo es hierba.
Quise ser un dios de madera y reírme de mis devotos.
Todo es engaño.
Soy dos cuerpos, soy agua con azúcar.
Todo es engaño.
Todo es nada.
La vida vende algodones de azúcar.
Soy un recolector de letras.
Todo es pasión.
Hay un hueco en el suelo de mi rencor que no se llena con recuerdos vagos.
Todo es virtud.
Hoy no sé qué soy ni qué he sido.

Todo es olvido.

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