Leve anhelo





Quisiera drenar los lastres de mi vida,
escribir como quien consulta el alma
y venda las heridas por la guerra,
ataca los invasores de su reino;
pero no sé ni para qué escribo,
invento propósitos y misiones divinas,
grandes gestas literarias que no logro comprender siquiera;
mi caminar es apenas un silbo imperceptible,
paja arrastrada por el viento,
fugitiva, incapaz de abrir los ojos
y elegir el sitio donde morir.


Atardecer





Las hojas me rozan con el resto de su tiempo,caen desde los árboles de la primavera,
y prestas llevan mensajes invernales a las calles de la ciudad.
Siempre hay un rumor oculto entre la bruma citadina,
y siempre suena el río plagado de piedras y basura;
atrae la mirada de curiosos
mientras recorren el mismo camino de las hojas,
tratando de entender los mensajes del futuro temeroso.
La escena da siempre el mismo giro
y alguien pierde la sonrisa,
agotado por la falsedad y las luces artificiales,
que no logran guiar a buen puerto.
De camino al corazón todos hemos llorado en silencio,
sospechando apenas que esta tarde el otoño tomará sus maletas secas,
y quedaremos desamparados entre las calles,
atrapados entre el frío bajo el pecho,
y la brisa que arrastra la esperanza.