Rotos


Rotos como algún recuerdo, 
gastados como algo que se usa mucho, 
tal vez una palabra o una caricia; 
de pronto hay un pedazo que falta 
en ese camino donde tantos han cruzado; 
de pronto hay algo que falta en esa rutina 
que mata poco a poco a la gente. 

Todo se rompe; 
algunas cosas lo hacen estrepitosamente, 
como el cristal impactado por una piedra, 
y vuelan en mil pedazos; 
otras cosas se rompen en silencio, 
poco a poco se van gastando y volviéndose frágiles, 
hasta que un día ya no están, 
y no hay forma de repararlo; 
se rompe el mundo y se rompe el alma; 
se rompe en llanto.

Rotos como el cielo que llora 
gruesas gotas de fría lluvia, 
y moja los autos y techos de gente rota; 
deshechos como tristes espectros 
que vagan sin rumbo por calles sin número 
en ciudades presas del miedo 
y el terror impuesto por personas, rotas también, 
rotas del alma y del cuerpo. 

Rotos también como las virtudes del ser, 
tan olvidadas y abandonadas 
como la cosa más abyecta y atroz; 
rotos además como esta sociedad humana e intelectual, 
presa de sí misma y que, 
a pesar de todo, de adjudica el orden y el respeto; 
nada vale ya, nada está completo; 
todo ha sucumbido ante la corrupción 
y ante el paso del tiempo y el viento sin cesar.


Rotos como tú y como yo, 
como la sonrisa que contemplas en el espejo, 
roto también. 
Los ojos reflejan el estado de este mundo nuestro, 
y se nublan ante la pesadumbre 
de ver que todo está hundido y perdido; 
todo está triste, y roto.

Mientras escribo


Mientras escribo estas letras
las nubes ocultan el sol,
y las gotas de lluvia amenazan
con caer al suelo.

Mientras escribo, una hoguera
se enciende en el fondo de una caverna,
donde vive un hombre solitario.

Una mujer corre hasta la orilla
de una calle para alcanzar un taxi;
y un conductor de taxi se traslada
por una avenida muy concurrida.

Mientras arrastro mi alma
un nuevo ser abre sus ojos ante la vida;
y al mismo tiempo alguien los cierra,
y otros, sufren con calma sus heridas.

Ella se encuentra lejos,
y mientras yo escribo ella canta.
también una guerra se declara,
y un amor se calla.


Mi mano se detiene, y a la vez
se detiene la mano de quien amenaza
con tocar a una puerta.

Mientras escribo, una nueva canción se crea,
un vaso se rompe,
una llave se pierde,
una casa cae.

Una casa se levanta; escribo,
y una abeja danza y el mundo gira,
y un nuevo plan se forma.

Mientras escribo estas letras,
escribo estas letras.
Y el tiempo pasa y no me alcanza,
no basta, mientras escribo.

Lucho por subsistir,
y mientras tanto la Tierra
gira a una velocidad que desconozco;
una mujer dice: “acepto”,
y un médico dice: “ha muerto”.

Mientras escribo estas letras
alguien abre una sombrilla
en alguna parte del mundo;
y un señor sale de casa
con rumbo al trabajo.

Escribo y la vida rueda,
y la tinta se impregna al papel
como el llanto en los ojos
de aquel niño que no tiene qué comer,
y fluye y fluye sin descanso.

Mientras dejo caer estos trazos
escucho al fondo una melodía,
y unos metros a mi derecha
los vecinos gritan sin control.

Escribo y hablan;
hablan, y miro al cielo.
Mientras tanto el cielo se torna frío,
y un auto hace alto  frente a un semáforo en rojo.

Un avión se desplaza a grandes pasos,
mientras yo suspiro y avanzo
lentamente en mi afán.

Mientras continúo, una palabra guardada
sale por fin a la luz,
y también se hacen entregas clandestinas
en callejones oscuros.
Mientras escribo, ella duerme,
y otras letras se revelan
ante ojos de quien abre una carta
esperada con ansias.

Mientras escribo y pienso,
un discurso se pronuncia en voz alta;
alguien conquista una cima,
y otro, alguien más, compone una rima.

Cuando ya no puedo más la vida gira,
y mis manos se quedan atadas al tiempo
y avanzan a pesar del tedio;
mientras el reloj camina
yo escribo estas tristes letras.

De la misma forma en que
mi débil carne se desplaza,
se dicta una sentencia por
un crimen cometido, a la persona equivocada.

Un caballo corre velozmente por un verde prado;
un águila se lanza sobre su presa;
un contrato se firma;
en una casa se sirve la cena,
y en otra el desayuno.

Mientras yo me lanzo
en lucha a muerte con la muerte,
la poesía abre sus ojos y viene;
mientras escribo todas estas letras,
ella mira con calma a través de la ventana,
y yo siento pasar la vida,
y veo al cielo tocar la Tierra por un segundo,

mientras escribo estas letras.


-Enrique Dimas

Discurso de...

 Con la más sincera expresión de alegría damos la bienvenida a todo aquel que, ya sea por azar, temeridad o engaños, ha llegado a este punto casi muerto del mundo; en este proyecto que hemos decidido llamar "Con Alas de Cera" damos inicio a una aventura cuyo derrotero ignoramos, pero que es necesario descubrir. 

El objetivo que se persigue es la promoción de la literatura, principalmente de la poesía, credo que profesamos con vehemencia; a lo largo de este recorrido estaremos compartiendo algunas obras creadas en los momentos más aciagos o más sublimes, ya sean propios o de terceros que deseen colaborar; creemos que incluso en un mar de incertidumbre y obstáculos puede surgir algo bueno, y es por eso que apostamos el orgullo y la mitad de la vida en esto. 

El servidor, Enrique, junto con otros colaboradores que a su tiempo asomarán algo más que las narices, les invitamos a que nos acompañen a esta pasarela de anhelos vertidos en letras. Sin más por el momento, les deseamos feliz vida. Bendiciones.