Deslizamiento






Volví, vuelves, volveremos, tocando aquí y allá; un día más, reuniones; luceros bajo noches heladas. Luz de aire. Noches de sal. Una vez más, menos. Contiene. No hay mejora. Al pasado no volveré, volví, volverán. Hay un trozo de no sé qué, no sé qué. Hay un trozo. Basta un suspiro, un destello o hasta un nudo o un solo rayo bajo este cielo sereno, para calmar la aciaga sed de viles almas errantes. Todo será lo que ya fue, y ha sido este un camino transitado desde remotos tiempos. Tiempos. Hace tanto ya, nadie lo recuerda. Nadie lo sabe. Inventar. Se suman las fuerzas, dos de miles. Una vez más. Basta. Por el último momento. Esta ocasión. Charla con el sol, no vendrá, no será hoy. En este lugar, aquí y ahora; ahora. Aquí. Blancas velas de sal. Yacen por la playa los cuerpos mutilados. Valor anclado en barcos sin velas. Llamas de colores. Rojo. Negro. Viento. Falaz vida de mentiras. Destruir. Tiende siempre a la nada. No habrá más tristeza. Al más allá. Más lejos de lo lejos. No vendré. Volverás. Ella no. Ellos no. Fuiste. Un pedazo de tierra en el huero de un dulce de miel. Una roca perdida en el océano. Vago. Difuso. El sendero de regreso a casa. Nadie desea volver. Nada queda. Sereno. Solemne. Acaso ya no hay retorno. No habrá vida. Volverá. Lo dudan. Ríos cruzando la superficie de las miradas. No hay ruido. Atónito. Respiración contenida. Llanto ahogado. Adjetivos. Hojas manchadas de tinta. Volvió. Se ha marchado. Marchó con la aurora. Hasta el final. Más allá del más allá. Más aquí. Volveremos a ser locos cuerdos, atados a este sentimiento. Una vez más.

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