Mis padres, él y ella,
representan la cumbre de
las bendiciones que he recibido.
Nunca hemos peleado ni discutido,
y yo me siento tremendamente
orgulloso por ser parte de su vida.
Jamás he recibido de ellos
abusos ni injusticias, nunca
han impuesto sobre mí castigos;
y al final, aunque sea yo quien lo presuma,
el mérito es mucho más suyo, que mío.
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