Suena el reloj y despierto,
piso el suelo y en silencio
recuerdo alguna oración de paz.
¿Será esta la oportunidad deseada?
¿Será hoy el día verdadero?
Poco más y lo sabremos,
poco más y entonces el mundo
dará vuelta sobre sí mismo,
reventará el globo y su estruendo
será la señal del fin.
Más allá del inmenso delirio
y más allá de la mirada ciega,
el suelo fragmentado lanza su advertencia
como un rugido;
entonces el cristal en el suelo,
la almohada vacía en la alborada,
entonces la puerta que se cierra
y su interior desaparece.